Luchó por la emancipación de la mujer y ha sido una de las mejores pilotos de la historia.

El mundo del automóvil le debe mucho a la británica Dorothy Levitt (1882-1922): el invento del retrovisor. Fue ella, según relata el libro Más rápida que la vida, de Celia Santos, (editado en España por ediciones B), la que usando el espejo de su polvera veía a qué distancia le seguían sus rivales.
A lo largo de su carrera, Levitt recibió multitud de amenazas por parte de miembros de una sociedad que no entendían que una mujer pudiera competir contra ellos en los circuitos. Temían no solo ser derrotados, sino que la británica animara a otras mujeres también a conducir y, lo peor, a ser independientes. Relacionada con el movimiento sufragista inició, sin embargo, una revolución que hoy se traduce en que alrededor de la mitad de los carnés de conducir de las sociedades occidentales están a nombre de mujeres. ¡Gracias, Dorothy!
