Nissan Qashqai, el big bang de los SUV, se renueva

Con él nació un concepto que casi ha dado al traste con el resto de las carrocerías

Marta García

El Nissan Qashqai se renueva. Y lo hace adaptándose a lo que manda el mercado. Y eso se traduce en una apuesta por la microhibridación. Olvídate de las mecánicas únicamente de gasolina porque a partir de ahora todos los Nissan Qashqai llevarán un pequeño motor eléctrico de 12 V que ayuda al de combustión en determinados momentos. El resultado es un ahorro de combustible de hasta un 15% y, en consecuencia, la ansiada etiqueta Eco que concede la DGT española.

Pero la apuesta de Nissan con el SUV que inventó el segmento va más allá de una mera apuesta por la microhibridación. En la marca llevan cerca de tres años preparando el lanzamiento de su modelo más importante porque ahora, a diferencia de cuando se presentó en 2007, el mercado está lleno de rivales. Lo que han hecho en Nissan para intentar plantarles cara es preguntar a sus clientes, a aquellos que tienen la versión anterior, qué se podía mejorar. Espacio en las plazas traseras, fue la primera respuesta y, en consecuencia, uno de los objetivos a alcanzar en esta generación.

Una de las claves para conseguirlo es que está construido sobre la plataforma CMF-C de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi que utilizan otros modelos del grupo como el X-Trail o el Mitsubishi Outlander. La ventaja respecto al Qashqai anterior es que ofrece una mayor distancia entre ejes, con lo que los pasajeros ahora sí tienen espacio más que suficiente, además de un mayor maletero con 504 litros de capacidad. Al tratarse de una plataforma modular al estilo de la MQB de Volkswagen, su particularidad radica en que se le pueden quitar o poner módulos en función de la carrocería que se va a construir sobre ella. En el Nissan Qashqai esto se traduce, entre otras cosas, en poder instalar tracción 4×2 y 4×4 con un eje rígido de torsión en el primer caso, y eje multibrazo en el segundo. En ambos, con un buen aislamiento de ruido al interior del coche.

En todos los casos, Nissan ha apostado por un motor de gasolina de 1.3 litros Mild Hybrid que da consumos entre 6,3 y 6,5 L/100 km gracias en parte a que ahora el coche es 60 kg más ligero. El Nissan Qashqai más básico da 140 CV y se ofrece con tracción delantera y caja manual de seis velocidades. Le sigue otro 4×2 con 158 CV, también con transmisión manual. En el tope de la gama se sitúa una versión de 158 CV y la posibilidad de elegir entre caja manual o Xtronic CVT. Se trata esta de una solución muy útil para sacar la máxima potencia de motores pequeños. No está configurada como una caja automática con sus correspondientes marchas y baches de potencia entre una y otra, sino que su aceleración es gradual. Se les suele criticar que no son rápidas en las reacciones y es cierto que no son comparables a las de doble embrague, pero también que Nissan ha hecho en este caso un desarrollo que agiliza la respuesta cuando se requiere una reacción inmediata.

¿Y los motores diésel? Han pasado a mejor vida en el caso de este modelo. El hueco que dejan pretende Nissan llenarlo con el Qashqai e-Power, a la venta a comienzos de 2022, que lleva una mecánica híbrida poco convencional. A diferencia de sistemas como el del Toyota Prius Full Hybrid, en el que el motor eléctrico o el de combustión pueden mover las ruedas indistintamente, en el caso del e-Power el propulsor de gasolina alimenta al eléctrico, es decir nunca actúa directamente sobre el eje delantero o trasero. Su mayor ventaja está en que, al encargarse solo de alimentar las baterías, el motor de combustión siempre va en su rango óptimo de giro, con el consiguiente ahorro de combustible que ello conlleva.

La segunda demanda que hacían los compradores del anterior Qashqai cuando se les preguntaba era la de mejorar conectividad. Y no es extraño. Si ahora una marca del automóvil quiere triunfar tiene que hacer un gran despliegue en este sentido. Por eso Nissan ha incorporado en el Qashqai conexión Apple Car Play o Android Auto, asistente Amazon Alexa, Google Assist y otras tecnologías como la cámara de aparcamiento de visión 360º con detección de objetos en movimiento. Lo que no ha hecho Nissan con el Qashqai es apostar por las megapantallas que llevan otros modelos como los Mustang Mach-e y los Tesla, pero es que tampoco se trata del mismo segmento. En el Qashqai, en función de las versiones, la pantalla va de 7″ a 12’3″. También dependiendo de los acabados, tiene un head-up display de 10’8″ que proyecta los principales datos de la conducción sobre el parabrisas, y no sobre una pequeña pantalla de metacrilato, como ocurre en otras marcas.

El diseño, otro de los grandes argumentos de venta para las marcas, es quizá un poco continuista, pero, cuando algo funciona, ¿por qué cambiarlo?

El Nissan Qashqai se venderá en España a partir de 25.650 euros.

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