El Subaru Outback es más aventurero que nunca. Así es la sexta generación de este modelo
Ya casi no quedan sitios donde hacer todoterreno en España. Por eso, cada pequeña finca o recorrido preparada para ello te devuelve la pasión por esta manera de disfrutar de un 4×4. Y más, si se trata de un modelo que acaba de llegar al mercado como es el Subaru Outback.
Esta mezcla de familiar y todoterreno nació hace veintiséis años casi por capricho de los australianos. Nuestros antípodas querían un coche con mucha distancia al suelo y gran capacidad off-road para moverse libremente y con seguridad por las grandes llanuras del país. Y Subaru, atento a sus necesidades, cogió un Legacy y lo transformó lo suficiente como para poder satisfacer a sus clientes más intrépidos. Lo llamaron Legacy Outback porque Outback es como se denomina a esas enormes extensiones australianas.
Pero de eso hace más de un cuarto de siglo. Ahora el modelo tiene personalidad propia. Tanta, que es uno de los pocos referentes en el sector de los All Terrain porque, además, tiene una singularidad que lo distingue de cualquier posible rival: su motor bóxer de cilindros opuestos y 169 CV. ¿Qué significa esto? En términos prácticos, que es muy longevo, poco ruidoso y con mejor rendimiento que otras disposiciones mecánicas. El pero son sus consumos y, en consecuencia, las emisiones que en este caso son de 193 g de CO2/km. O sea, etiqueta C de la DGT. Aún así, Subaru ha trabajo a conciencia en renovar su caja de cambios de variador continuo para reducir el gasto de combustible en un 22% y poder ofrecer una cifra oficial de 8,6 a los 100.
Si incluso así quieres más, Subaru España ofrece la posibilidad de montar por 2000 euros adicionales a los 39.500 que cuesta el coche, un sistema de GLP (gas licuado de petróleo) con el que tendrías la etiqueta ECO. Pero, atención, el depósito del gas se ubica donde va la rueda de repuesto. Tendrás que hablar con el concesionario si no quieres perderla porque han ideado un sistema para que la lleves en el maletero. Ten en cuenta, en ese caso, que será a costa de los 561 litros de capacidad de carga que tiene, diez más que el modelo anterior, además de que la boca de acceso también ha crecido en 30 mm. Cuenta, además, con un mecanismo parecido al que ya incorporan otras marcas para que, acercándote simplemente al coche, se abra el portón trasero automáticamente y puedas dejar tus bultos, incluso aquellos más frágiles porque la nueva plataforma sobre la que va montado absorbe un 40% más de la energía de los impactos de la suspensión. No hay que olvidar que el terreno natural de este coche es la aventura. Y para demostrarlo incorpora un sistema denominado XMode que permite seleccionar en una pantalla multifunción entre dos opciones: Snow Dirt (nieve/grava) y Deep Snow Mud (nieve y barro). Porque el Outback no ha podido resistirse a la tentación de apostar por las pantallas a bordo. La que preside el salpicadero, y desde la que se accionan casi todos los ajustes, es de 11’6″ y se maneja como un smartphone. La segunda, de 5″, es la del cuadro de instrumentación. También hay algunos botones, pocos, y pespuntes de sastrería en muchos detalles. Entre ellos, en los asientos, que ahora son más grandes y calefactados, al igual que los de atrás que igualmente son térmicos. Además, hay una mayor distancia entre los asientos delanteros y traseros en (+10,8 mm) y más espacio entre las butacas delanteras a la altura de las caderas y de los hombros.
El Outback presume también de que allá por donde va consigue la máxima puntuación en seguridad. En parte, porque incorpora la última generación de un sistema que se llama Eye sight que monitoriza en todo momento el entorno del coche y que es capaz de reconocer señales de tráfico, vehículos, luces de frenado, peatones y ciclistas incluso de noche. En caso de peligro, si el conductor no reacciona, interviene sobre el motor, la dirección, la transmisión y el sistema de frenos para evitar un accidente.
En total, este Subaru mide 4870 mm de longitud y, lo que es igual de importante, con una altura libre al suelo de 213 mm y un ángulo de ataque de 19’7. Lo distinguirás de la versión anterior en que es más grande, más ancho y más alto. También, por sus nervaduras en el capó, sus característicos rieles en el techo, la parrilla hexagonal, los faros antiniebla y, cómo no, por sus protecciones delanteras y traseras como debe ser en este tipo de vehículos. Al fin y al cabo fue este modelo el que creó el segmento de los All Terrain, ese concepto que aúna las cualidades de un vehículo familiar con las de un todoterreno puro.